miércoles, 12 de noviembre de 2008

El Sida



El término “síndrome de inmunodeficiencia
adquirida” (sida) fue acuñado inicialmente
por los epidemiólogos, preocupados por la
aparición, en 1981, de un conglomerado de
enfermedades relacionadas con la pérdida
de la inmunidad celular en adultos que no
mostraban una causa evidente para tales
deficiencias inmunitarias. Más adelante se
demostró que el sida era la fase clínica tardía
de la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (HIV). En el término de
semanas a meses después de contraer la
infección por el virus, muchas personas
presentan una afección aguda de curso
limitado, que dura de una a dos semanas.
Más adelante pueden mantenerse asintomáticas
durante meses o años antes de que
aparezcan otras manifestaciones clínicas.
La gravedad de las infecciones oportunistas
o cánceres ulteriores relacionados con el
VIH guardan relación directa con el grado
de disfunción del sistema inmunitario.
El agente infeccioso es el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH), un retrovirus.
Se reconocen dos tipos, el VIH-1 y el VIH-
2. La patogenicidad del VIH-2 puede ser
menor que la del VIH-1; la enfermedad por
el VIH-2 tiene una evolución más lenta, y la
transmisión maternoinfantil es menor.
Los seres humanos son el reservorio. Se
piensa que el VIH evolucionó recientemente
a partir de virus de los chimpancés.
Más de una docena de infecciones oportunistas
y diversos cánceres se consideraron
indicadores lo bastante específicos de
la inmunodeficiencia subyacente para
incorporarlos en la definición inicial de
caso de sida, en 1982. Si estas enfermedades
se diagnosticaban por medio de técnicas
histológicas o de cultivo estándares,
se les aceptaba para la definición de casos
de sida desde el punto de vista de la vigilancia,
siempre que se hubieran descartado
otras causas conocidas de inmunodeficiencia.
Las interacciones entre el VIH y otros agentes
infecciosos han suscitado gran preocupación
desde el punto de vista médico y de
la salud pública. La principal interacción
reconocida hasta la fecha es con la infección
por Mycobacterium tuberculosis. Las
personas con una infección tuberculosa
latente que también están infectadas por el
VIH presentan tuberculosis manifiesta con
mayor frecuencia; el riesgo de padecerla a
lo largo de la vida es mayor.
MODO DE TRANSMISIÓN
La transmisión se produce de persona a
persona por contacto sexual, ya sea homosexual
o heterosexual, sin protección; por
contacto de la piel excoriada o las mucosas
con líquidos corporales, como sangre,
líquido cefalorraquídeo o semen; por el uso
de agujas y jeringas contaminadas por el
virus, entre ellas las que comparten los
usuarios de drogas intravenosas; por
transfusión de sangre infectada o sus derivados,
y por el trasplante de órganos y tejidos
infectados por el VIH.
El VIH también puede transmitirse de la
madre al hijo. Entre 15% y 30% de los niños
nacidos de madres positivas para el VIH se
infectan por procesos placentarios durante
el parto. Las mujeres infectadas por el VIH
pueden transmitir el virus a sus hijos con la
leche materna, lo cual representa hasta la
mitad de los casos de transmisión maternoinfantil
del VIH.
Si bien ocasionalmente se ha descubierto al
virus en la saliva, las lágrimas, la orina y las
secreciones bronquiales, no se ha notificado
que se produzca transmisión después
del contacto con tales secreciones. El riesgo
de transmisión por prácticas de sexo oral
no se puede cuantificar con facilidad, pero
se piensa que es bajo. Ningún dato de estudios
de laboratorio o de tipo epidemiológico
indica que la infección por el VIH se haya
transmitido por picaduras de insectos.
SITUACIÓN EN EL MUNDO
El sida se reconoció por primera vez en
1981 como una entidad clínica en sí; no obstante,
visto en retrospectiva, parecen
haberse presentado casos aislados durante
el decenio de 1970 e incluso antes en
diversas zonas del mundo (África, Europa,
Estados Unidos y Haití). De los 40 millones
de personas (entre 34 y 46 millones) que se
calcula vivían infectadas por el VIH o con
sida (VIH/sida) en el mundo en 2003, las
mayores concentraciones se calculaban
entre 25 y 28,2 millones en África al sur del
Sahara, entre 4,6 y 8,2 millones en Asia
meridional y sudoriental, entre 1,3 y 1,9
millones en América Latina y entre 800.000
y 1 millón en América del Norte. En todo el
mundo, se calcula que el sida causó 3,1
millones de defunciones en 2003 (entre 2,5 y
3,5 millones); la epidemia sigue creciendo,
con aproximadamente 5 millones de nuevas
infecciones, y 2,5 millones de niños que
viven con VIH/sida. El VIH-1 es el tipo de
VIH con mayor prevalencia en todo el planeta;
el VIH-2 se ha descubierto sobre todo
en África occidental, y también aparecen
casos en países que guardan una relación
epidemiológica con dicha región.
En varios países industrializados, la distribución
de casos de sida con base en los
factores o comportamientos de riesgo ha
cambiado durante el último decenio. Por
ejemplo, si bien la epidemia de sida en
Estados Unidos sigue afectando más a los
hombres que tienen relaciones homosexuales,
el uso de drogas intravenosas es la
principal fuente de infección en otros países,
como la antigua Unión Soviética.
En algunos países de América Latina, el
Caribe, Oriente Medio y África del Norte, la
vigilancia insuficiente del VIH está menoscabando
los esfuerzos de prevención y por
lo general supone que las personas
expuestas al mayor riesgo, los varones que
tienen relaciones sexuales con varones, los
profesionales del sexo y los consumidores
de drogas intravenosas, no estén cubiertas.











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